El último VW sedán, hace 17 años

El último VW sedán, hace 17 años

Luis Dinorín

“Todos tuvimos uno. Portátil, sencillo y, al fin alemán, prototipo de la eficacia. ¿Qué oración póstuma debemos ofrecerle ahora que su perfil bizarro deje de circular por las avenidas?«

Así inició su columna el periodista mexicano David Martín del Campo en julio de 2003, cuando se enteró de que el «vocho» dejaría de fabricarse y público el texto bajo el título «El héroe compacto» en su columna ‘Entre paréntesis’ para el periódico Reforma.   

Agrega que fue Ferdinand Porsche quien lo fabricó en las postrimerías del hitlerismo y de ahí su nombre: «el auto del pueblo».  

Que el mismo Ferdinand inundó con 22 millones de «escarabajos» el planeta.  Y que fue un tal Jens Neumann, en su papel de miembro del consejo de la Volkswagen de México, quien anunciara el lanzamiento de la serie sobre la última edición. 

De acuerdo con la columna de Del Campo, Neummann le dijo al mundo el 30 de julio de 2003 que la desaparición del automóvil se debía a las nuevas normas ambientales y de seguridad.  

La columna de David Martín está en su libro El azul de Van Gogh, en la página 25 y es parte de la colección Periodismo Cultural del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA).  

Una experiencia personal 

Recuerdo que un tío tuvo uno azul eléctrico, un modelo de los ochenta. Que uno como esos pero blanco, fue el primer auto de mi padre. 

Que en otra etapa laboral de éste tuvimos otro «vochito», pero color verde claro. Que ese modelo tenía faros de niebla y que nunca tuvimos otro auto con las luces tan nítidas para romperla. 

Retomando el texto del periodista, en él puntualiza que los mexicanos cambiaron el modelo Sedán por el Golf; Del campo, en efecto, tuvo razón: mi padre cambió el último volkswagen por un Golf 1990; era gris claro.

Andábamos en la Sierra Nororiental de Puebla. Bajamos una curva en Libres. Una camioneta de redilas no nos vio y chocamos de frente. 

Yo tenía siete años. Fui el más lesionado de la familia y me abrí la cabeza. La camioneta contra la que chocamos trasladaba borregos y quedaron desamparados, pues sus dueños huyeron hacia el monte. Jamás volvimos a tener un Golf.  

Y así muchos, supongo, tenemos alguna experiencia para contar arriba de un sedán.          

El IMACP también lo recordó

“Un Volkswagen puede hacer muchas cosas, es sorprendente”, suena en la radio cuando anuncia sus primeros modelos. 

El auto llegó a nuestro país en 1954, como un modelo de exhibición y fue hasta 1967 cuando en la planta Volkswagen de Puebla se fabricó el primer «vocho» o «vochito».  

En 1968, en México hubo una matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas, el país organizaba sus primeros Juegos Olímpicos y el Volkswagen sedán, era el modelo más vendido en nuestro país.

Fue un 30 de julio, cuando el auto se despidió de México y el mundo, con un último modelo, y estará disponible en dos colores: crema y azul. Su precio será de 84 mil pesos y la edición estará limitada a dos mil 900 99 unidades. Martín del Campo redondeó la cifra a tres mil. 

Este famoso modelo se dejó de fabricar en Alemania en 1974. 

Con palabras más o palabras menos recordó el IMACP en un podcast la última edición de un vocho en 2003. 

Han pasado 17 años; sin embargo, no pasa de moda golpear con el puño el hombro de nuestro compañero de viaje al ver un sedán circulando en cualquier avenida.

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